dijous, 23 de juny del 2011

Un día alemán

Cómo es un día alemán? Ahora que ya llevo un tiempo por aquí, un embarazo largo de 38 semanas, podemos intentar relatar un posible jueves, por ejemplo.

Un día alemán sería pues, levantándose más bien pronto, cuando los primeros rayos de sol entran por la ventana, básicamente porque las persianas no existen y las cortinas son de broma. De hecho, puedes saludar a algún vecino que está estudiando, cocinando... Se ve que en tierra protestante lo del qué diran no existe. Aquí la gente no se confiesa porque no esconde nada. No existe el confesionario porque Dios ve todo lo que haces! Y tus vecinos también! Cuánta religión últimamente por aquí, por cierto...

Mi cuarto: nada de persianas!

A continuación una ducha rápida, porque hay conciencia del cambio climático y el agua es un bien preciado. De hecho, tanto es así que el papel del váter se tira a una papelera para que la depuración sea más fácil. Aquí todos reciclamos: papel, plástico, basura normal, orgánicos... y los cristales separados por colores!

Después vas a la Universidad en bici, parándote en cada semáforo en rojo, ya que por un lado no quieres que todo el mundo te mire como un delincuente, y por otro, tampoco quieres que te multen. Ya en clase la relación con el profesor será siempre de usted, y al acabar se aplaude picando a la mesa toc, toc, toc, toc...

En la Mensa o comedor universitario, hay comida muy barata pero hay que comérsela muy rápido. 30 minutos para comer, normalmente prontito, de 12:45 a 13:15. Pero muy exprés. Viene a ser una Tankstelle o gasolinera, donde pasas a repostar. Nada de sobremesas! Eso sí, si pega un rayo de sol, es probable que veas mucha gente en cualquier retacho (sino existe la palabra me la invento) de hierba como cangrejillos.

De camino a casa buscas una papelera. Sigues buscando. Lástima, ya has llegado a casa y no has visto ni una sola. Lo raro es que tampoco hay basura por el suelo... Llegas a casa, subes a tu piso andando, porque no hay ascensores, y nada más entrar Schuhe sich ausziehen, es decir zapatos fuera. Si vienes con algún alemán a casa y le invitas a comer o beber algo, ves con cuidado. Se lo toman en serio, si haces el amago te la juegas.

Zapatos fuera!

Has quedado con alguien para tomar algo. Os dais la mano o un medio abrazo, depende de la confianza, pero nada de besos! Cuando vais a pagar, el camarero preguntará zusammen oder getrennt? ¿pagáis juntos o por separado? Y le hará a cada uno su cuenta. Igualmente aquí lo de invitar a alguien es muy diferente. Un yo te invito es yo te invito. No se discute, no hay que convencer: la palabra es palabra.

De la misma manera más tarde hay una WG-party, fiesta en un piso que empezará sobre las 8, y se dice si se va o no, no vale el típico sisi me paso... Hay que tenerlo todo bien organizadito. Lo de hacer fiestas en casas es muy típico, puede que lo hagan por la Pfand, que es el dinero que se recauda de reciclar/devolver las botellas en el supermercado.


Y todo esto os lo cuento en un tono de voz bajito, porque aquí nadie habla alto, a no ser que, y con esto la última costumbre, te hayas bebido varias cervezas!!

4 comentaris:

  1. Molt bonico Gus, però em quede de totes totes amb el País Valencià!


    J. Colomer


    PD: ja veig que no retornes a la pàtria l'any vinent ¬¬' A vore quan se't veu el pel! b7s!

    ResponElimina
  2. Hehehe jo també Joanet, jo també! =)

    Gràcies Eva!

    ResponElimina
  3. hehehe molt bo!!!! realment has plasmat totes les meves angoixes haha

    ResponElimina